La comodidad y la salud de los trabajadores de oficina depende de muchos factores. ¿Qué sabes de la temperatura en la oficina?
¿Cómo influye la temperatura en la oficina en los trabajadores?
Todos sabemos que la eficiencia energética es una de las claves para no contribuir al cambio climático, por tanto, también es momento de replantearnos cómo enfocamos la temperatura de nuestro lugar de trabajo. Además de optimizar la iluminación y el aislamiento acústico de la oficina, debemos observar cómo influye la temperatura en los trabajadores.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) afirma que se llega al confort térmico cuando «las personas no experimentan sensación de calor ni de frío» y las condiciones de la temperatura en la oficina, corrientes de aire y humedad son «favorables a la actividad que desarrollan».
Esto, por supuesto, es subjetivo. Todos conocemos el caso de la persona que se queja porque la calefacción está muy alta o porque con el aire acondicionado pasa frío. A veces, hasta somos nosotros. Pero es necesario entender que, por las diferencias fisiológicas entre los trabajadores, es poco probable que logremos contentar a todo el mundo. No podemos llegar al confort térmico total, pero sí tratar de satisfacer al mayor número de personas.
¿Cuál es la normativa de temperatura en oficinas?
La recomendación del INSHT, que pretende disminuir el nivel de insatisfacción térmica por debajo del 10%, es la siguiente:
Temperatura en la oficina entre 23º y 27ºC en verano y entre 17ºC y 24ºC en invierno. En estas dos aproximaciones se presupone que los trabajadores llevarán un índice de indumento (el aislamiento que proporciona la indumentaria) de un clo (o, lo que es lo mismo: zapatos, un traje de chaqueta, camisa, ropa interior y calcetines de algodón).
Se recomienda no generar estrés térmico con una calefacción o un aire acondicionado demasiado fuertes porque este podría generar alteraciones del sistema vascular, mareos, desmayos, temblores, etc.
En cuanto a la humedad del aire, se debe situar entre el 30 y el 70%, aunque hay que tener en cuenta la presencia del aire acondicionado. En este caso, la humedad no debe ser inferior al 50%.
Por último, la velocidad del aire no debe ser superior a 0,1 metros por segundo.
Sin embargo, el INSHT solo proporciona una guía de buenas prácticas para regular la temperatura en la oficina. Es el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) el que establece la normativa de temperatura en la oficina, fijando los valores avalados por la ley de prevención de riesgos laborales (Ley 21/1995 PRL) en el Real Decreto 107/2007. Es decir, que para cumplir la ley de prevención de riesgos laborales tendremos que cumplir con los siguientes parámetros:
- Temperatura: En verano entre 23ºC y 25ºC y en invierno entre 21ºC y 23ºC.
- Humedad: En verano entre 45 y 60% y en invierno entre 40 y 50%.
- Velocidad del aire: Menor a 0,2 metros por segundo.
Dado que estos dos documentos recogen parámetros diferentes, es recomendable mantener la temperatura, humedad y velocidad del aire a los niveles que recogen ambos. En todo caso, deberíamos obedecer las indicaciones del RITE.
Consejos para seguir las indicaciones del RITE
Algo muy útil para vigilar la temperatura en la oficina y automatizar su control es el uso de termostatos inteligentes. De este modo, nos aseguramos de mantener la climatización óptima y ahorrar energía.
También es necesario invertir en el aislamiento de la oficina y prevenir la entrada de frío o calor externos, corrientes de aire, etc.
Por último, hacer hincapié en que se deben evitar los cambios bruscos de temperatura para prevenir bajadas de tensión y otros problemas de salud al personal.